por Ron Hanko
¿Cree usted que Dios ha predeterminado todas las cosas? Si no, ¿Por qué suceden las cosas? Deseamos considerar estas cuestiones en las próximas entradas.
Queremos mostrar primeramente que la Biblia si enseña la determinación de Dios sobre todas las cosas. Lo hace hablando de ello como los decretos de Dios.
Los decretos de Dios son su soberana y eterna determinación acerca de todas las cosas que son, que han sido, y que serán en la creación, en la historia, y en la salvación de personas. La Biblia utiliza las siguientes palabras para hablarnos acerca de estos decretos eternos:
- Su consejo (Sal. 73:24; Ef 1:11), enfatiza que son las deliberaciones y los propósitos completos de las tres Personas de la Trinidad.
- Su propósito (Isa. 14:24-27; Efesios 3:11), demuestra que sus decretos no son arbitrarios, sino que todos tienen su gloria como meta final.
- Su buena complacencia (Isaías 44:28; Lucas 12:32), enfatiza que los decretos de Dios no dependen de nada ni de nadie sino de Dios mismo, ni siquiera en las acciones previstas de los hombres o de las otras criaturas. Sus decretos son libres e independientes. Dios decreta todas las cosas porque le agradó hacerlo.
- Su voluntad (Rom 1:10; Ef. 1:5), demuestra que sus decretos no son meramente al azar, sino mas bien son los pensamientos del corazón del Dios vivo.
- Su determinación (Isaías 19:17; Lucas 22:22), enfatiza la importante verdad de que sus decretos son fijos e inmutables.
- Su decreto (Sal. 2:7), recordándonos que Dios determina todas las cosas como el gran Rey que es, el soberano Creador y Señor del cielo y de la tierra.
Sólo ver el número de palabras utilizadas en la Escritura para describir los decretos de Dios demuestran que importantes estos son. Conocerlos es especialmente importante si queremos tener alguna esperanza o paz en este mundo turbulento y de maldad.
Creer que Dios ha predeterminado o preordenado todas las cosas es el mayor consuelo que cualquiera puede tener. Pues podemos saber que todas las cosas no ocurren por casualidad o por azar, sino por la determinación de quien es todo sabio y bueno. Por lo tanto no necesitamos llegar a la conclusión de que hay otro poder—un poder del mal—que determina gran parte de lo que sucede en nuestras vidas y en la historia. Eso nos dejaría sin esperanza o paz alguna.
Para tener consuelo en la verdad de que Dios ha predeterminado todas las cosas, no obstante una persona tiene que estar convencido de que Dios es sabio y bueno, y es necesario que conozca la gracia y la misericordia de Dios. Esto es sólo posible a través de lafe en Jesús Cristo. Él es el poder y la sabiduría de Dios (1 Cor. 1:24). El conocer a Dios a través de Él es estar seguro de que Dios es bueno.
Tomado de Doctrine According to Godliness por Ronald Hanko, pp. 71-72.
Título en inglés: God’s Decrees.