por Ron Hanko
La Escritura a menudo habla de los decretos de Dios, los cuales son su soberana y eterna determinación acerca de todas las cosas que son, que han sido, y que serán en la creación, en la historia, y en la salvación de personas.
Pero, ¿Estos decretos predeterminan todo? La Escritura enseña claramente que Dios ha predeterminado todas las cosas. Él ha decretado lo siguiente:
- La tierra y sus fundaciones (Prov. 8:29).
- El mar y sus límites (Job 38:8-11).
- La lluvia (Job 28:26).
- El sol, la luna y las estrellas (Sal. 148:3-6).
- Los tiempos y las épocas de la historia (Is. 46:9,10).
- Los límites físicos y étnicos de las naciones (Hechos 17:26).
- Nuestro nacimiento y carácter (Sal. 139:15,16).
- Nuestra forma de vida (Jer. 10:23), incluso nuestros pensamientos y palabras (Prov. 16:1).
- El poder y la autoridad de los hombres, incluso la de los hombres impíos (Ex. 9:16).
- La maldad de los hombres (1 Pedro 2:8), incluyendo la maldad de los que crucificaron a Cristo (Hechos 4:24-28).
- La venida del reino del anticristiano (Apocalipsis 17:17).
- La condenación de los hombres malvados (Mateo 26:24–25; Rom 9:22).
- El juicio de los ángeles caídos (Judas 1:6).
- El fin de todas las cosas (Is. 46:10).
- El nacimiento (Sal. 2:7,8), vida (Lucas 22:22), y muerte (Apocalipsis 13:8) de Cristo.
- Cada parte de la salvación de los hombres, incluyendo el llamando (Rom. 8:28), la fe de los que creen (Hechos 13:48), la justificación (Rom. 8:30), la adopción (Ef. 1:5), la santidad y las buenas obras (Ef. 1:3–4; Ef. 2:10), y la herencia en gloria (Ef. 1:11).
- Todas las cosas en el cielo, en la tierra y en el infierno (Sal. 135:6-12).
No debería de ser difícil para un creyente el aceptar esto.Sea lo que pueda significar para los demás,para el creyente significa que ni los hombres malvados, ni el diablo, sino Dios, es quien está en control de todas las cosas.
Eso significa que nada pasa alzar—sobre todo que nada ocurre al pueblo de Dios que no esté ya ordenado y gobernado por su Padre celestial. Todas las cosas, a los que aman a Dios, les ayudan a bien, porque su Padre ha decretado todas ellas.
La ignorancia de la soberana y eterna determinación de Dios acerca de todas estas cosas es la razón por la que vemos el desfallecimiento de”los hombres por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo …” (Lucas 21:26). Sin el Dios soberano y decretador éstos están sin esperanza (Ef. 2:12).
Por lo tanto confesemos ante el mundo que “Nuestro Dios está en los cielos; El hace lo que le place” (Sal. 115:3).
Tomado de Doctrine According to Godliness por Ronald Hanko, pp. 73-74.
Título en inglés: God’s All-Comprehensive Decrees.