Ronald Hanko
¿Por qué necesitamos la Palabra de Dios en forma escrita? ¿Dios no se ha revelado en otros tiempos y lugares a sí mismo de diferentes maneras y se ha dado a conocer a su pueblo? ¿Él no dio su Palabra antes de que fuera escrita? ¿No es una forma de idolatría, por lo tanto, sugerir que la Palabra de Dios escrita es la única palabra a la que debemos poner atención, la única regla de nuestra fe y conducta?
La razón fundamental por la que nosotros no tenemos ni debemos querer la Palabra de Dios en cualquier otra forma que no sea la escrita como fue dada es que “porque todos los hombres son de suyo mentirosos y más vanos que la misma vanidad.”1 La Palabra escrita de Dios se mantiene como un testimonio contra todo su esfuerzo de negar, doblar y corromper lo que él ha dicho de ella.
Esto no es para decir que el hombre ya no sigue negligenciando, doblando, desobedeciendo y rehusándose a escuchar la Palabra como está infaliblemente escrito para nosotros en la Palabra, sin embargo este registro escrito lo deja sin excusa.
Al final ellos no podrán realmente negar que la creación como es contada en Génesis 1 y confirmado a través de la Escritura es la historia de la creación divina en seis días. Tampoco podrán negar que la Escritura enseña que la mujer se mantenga en silencio en la iglesia. Ellos podrán decir que esta enseñanza está fuera de tiempo y culturalmente condicionada, pero lo que dice la Palabra es claro. Negando esto, ellos no sólo pierden la Palabra de Dios, sino también la vida eterna (Ap. 22:18-19).
Además del hecho que todo hombre es pecador y corrompe la Palabra de Dios para sus propios fines, somos tan corruptos y depravados que no podríamos entender el mensaje de Dios si Él nos hubiera dejado sólo su Palabra hablada, sea a través de ángeles, profetas o directamente. Nosotros seguramente no hubiéramos entendido y corrompido la Palabra hablada.
Nosotros no podríamos ni recordar lo que Dios ha dicho si él no nos hubiera dejado su Palabra de forma escrita. ¿Quién de nosotros recuerda perfectamente el sermón que escuchó el domingo pasado? ¿O quién puede tener certeza absoluta de que escuchó y recuerda correctamente? Pregunte a dos testigos de lo que alguien ha dicho y casi siempre usted obtendrá dos versiones diferentes de lo que se ha dicho.
También hay muchas cosas que Dios ha dicho que no nos sientan bien – cosas que no nos gusta considerar u oír. Siempre está la posibilidad de que nosotros las saquemos de nuestra mente y las olvidemos, como hacemos tan a menudo, o que nuestro oír sea coloreado o interpretado por nuestra debilidad y pecado. Que el hombre haga esto con la Escritura es prueba de lo que ellos y nosotros ciertamente hacemos con la Palabra hablada.
En su voluntad y misericordia, por lo tanto, Dios nos ha dado su Palabra escrita, para que no podamos decir que nunca la escuchamos o que lo hicimos incorrectamente. Nosotros debemos, entonces, tener la más alta consideración por la Palabra escrita y no buscar en ninguna otra parte el conocimiento de Dios y su voluntad.
1Confesión Belga, Artículo 7.
Fuente: “Scripture” from Doctrine According to Godliness del Rev. Ronald Hanko, pp. 11-12.
Traducido por Marcelo Sánchez