por Ron Hanko
La doctrina Bíblica de la Trinidad es la más importante y además una de la menos apreciada de todas las doctrinas de la Biblia. Aunque la mayor parte de creyentes entienden que esta doctrina separa al Cristianismo de todas las religiones paganas y de las sectas del mundo, ellos no ven en ella su valor. Parece que para ellos tiene poca conexión con sus vidas o la garantía de ella.
Nosotros deseamos mostrar especialmente que la doctrina de la Trinidad es del mayor valor posible para los creyentes. Conocer al Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo es conocer a Dios. Y conocer a Dios es tener vida eterna (Juan 17:3).
Creer en la Trinidad no es Triteísmo, creencia en tres dioses. Sectas como los Testigos de Jehová y falsas religiones como el Islam dicen que los cristianos creemos en tres dioses. Ellos están equivocados. Nosotros creemos que el Señor nuestro Dios, el Señor uno es (Deuteronomio 6:4). La palabra Trinidad enfatiza esto. Significa “Tri-Unidad”.
Siguiendo la enseñanza de la Escritura, nosotros también creemos que en Dios hay tres Personas: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Más aún, ellos son tres personas reales —personalidades distintas e individuales con diferentes nombres, Padre, Hijo, y Espíritu Santo— nombres que reflejan sus características personales.
Muchos quienes afirman creer en la Trinidad actualmente niegan que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo sean personas reales. Algunos, por ejemplo, hablan del Espíritu Santo no como una persona pero meramente como un poder que puede ser manipulado y usado. Otros enseñan una “unicidad” doctrina que suena Bíblica, pero es en realidad una negación de la Trinidad. Conforme a esta falsa enseñanza, Padre, Hijo, y Espíritu Santo son solamente diferentes oficios, nombres, o caminos en el cual el único Dios se revela asimismo. Esta enseñanza fue condenada en la temprana historia de la Iglesia del Nuevo Testamento. Fue llamado monarquianismo y sabelianismo.
En contraste, la Biblia describe para el Hijo, para el Espíritu Santo, y para el Padre todas las características de las personas reales, mientras enfatiza también que todos ellos son el único Dios verdadero. Ellos no son meramente nombres o poderes o trabajos de Dios. Si ellos no son personas reales, todo lo que creemos acerca de Jesucristo es sin valor alguno, y no tenemos persona alguna en la Trinidad para venir conforme a nuestra semejanza en carne pecaminosa, para estar de pie en nuestro lugar, para tomar nuestros pecados como sus propios, para morir por nosotros y hacer redención por nosotros, y para representarnos ante el Padre. Ni tenemos la persona del Espíritu Santo para vivir en nuestros corazones y para traernos en una estrecha relación personal con Dios. Entonces, nuestra confesión de la Trinidad es la confesión del Salmo 48:14: “Porque este es Dios, nuestro Dios por siempre jamás; El nos guiará hasta la muerte.”
Tomado de Doctrine According to Godliness por Ronald Hanko, pp. 57-58.
Título en inglés: “The Trinity”