Por Ron Hanko
Al hablar de la iglesia, la Biblia no siempre usa esa palabra de la misma forma. La Biblia nunca usa la palabra iglesia para referirse al edificio en el que una congregación se reúne, pero sí la utiliza para referirse a las congregaciones locales de creyentes que se reúnen en sí (1 Corintios 1:2; Apocalipsis 2: 1, 8, 12) o también de todo el cuerpo de los que son elegidos y preservados en la historia (Efesios 1:23).
La distinción entre la iglesia como el cuerpo de Cristo y la iglesia como la congregación local, puede ser hecha de varias maneras. A veces a la iglesia como congregación local se le llama la iglesia institucional o la iglesia visible ya que tiene una forma visible e institucional en el mundo. Del mismo modo, al cuerpo de los redimidos por medio de Cristo se le llama a veces iglesia orgánica o la iglesia invisible ya que sus miembros están vivos en Cristo y porque la iglesia es espiritual e invisible (no puede marcar sus límites).
La iglesia como cuerpo incluye sólo los elegidos de Dios como el pueblo redimido (1 Pedro 2:9), mientras que las congregaciones locales siempre contienen hipócritas entre el pueblo de Dios (Apocalipsis 2:14, 15; 3:17-18). La iglesia como cuerpo incluye a aquellos que ya han muerto, los que viven hoy en día, y los que han sido elegidos en Cristo pero que aún no han nacido y/o hechos salvos. La iglesia como congregación incluye sólo los que están en la tierra en un momento particular de la historia.
Esta distinción entre congregación y cuerpo es importante. Aunque hay muchas congregaciones (Apocalipsis 2 y 3), hay siempre solo un cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12). Ese cuerpo no puede ser dañado o destruido por sus enemigos (Mateo 16:18), pero las congregaciones particulares pueden serlo y a menudo lo son (1 Corintios 1:11; Apocalipsis 3:1, 16). Una congregación local puede incluso perder su “candelabro de su lugar” como una iglesia profesante de Cristo (Apocalipsis 2:5). La distinción entre la iglesia en estos dos sentidos tiene que ser recordado para que no lleguemos a confundirnos.
En relación con la membresía de la iglesia, la distinción entre la congregación y el cuerpo también es significativa. Si bien tenemos la obligación de unirnos a la iglesia visible, es decir, a una congregación local (Hebreos 10:25), es Dios que nos une al cuerpo de Cristo por la elección Soberana y la sangre del Calvario (Colosenses 1:12-14). Sin embargo, mientras que estos dos usos de la palabra iglesia se pueden distinguir, también ellas se superponen. Es una parte del cuerpo de Cristo que se encuentra en las congregaciones locales, y sólo porque hay una parte de su cuerpo es que puede la congregación local ser llamada incluso iglesia.
Lo que estamos diciendo con todo es que la iglesia en el verdadero sentido de la palabra es exclusivamente la compañia y el cuerpo de los que son salvos en Cristo y atravez de Cristo. Ciertas congregaciones son llamadas con razón “iglesia” en la Escritura porque los redimidos están allí, al igual que la nación del Antiguo Testamento era llamada Israel debido a la presencia del verdadero Israel (Romanos 2:28, 29; Romanos 9:6; Gálatas 3:29).
Por lo tanto, aprendamos las enseñanzas de la Escritura concerniente a la iglesia para que podamos amar y honrar a la iglesia, ambos como el cuerpo de Cristo y en su forma institucional.
Tomado de Doctrine According to Godliness por Ronald Hanko, pp. 118-119. Título en inglés: Congregation and Body.