Rev. Angus Stewart
En II Timoteo 3:16 leemos las famosas palabras “Toda la Escritura es inspirada por Dios [literalmente, soplada por Dios].” La Escritura soplada por Dios incluye el Antiguo Testamento, el que Timoteo había sabido desde su niñez (15). Y si los Escritos del Antiguo Testamento son soplados por Dios entonces también lo son los del Nuevo Testamento.
Nótese que nuestro texto no dice “Toda la Escritura inspira a Dios,” esto es, toda la Escritura inspira a Dios y eso nos inspira o mueve. Es verdad, la Biblia nos entusiasma. Pero el texto no habla del efecto que la Biblia causa en nosotros sino que de la formación y naturaleza de la Escritura, a saber, que es inspirada por Dios. Por lo tanto no es que los escritores (Habacuc, Judas, etc.) fueron inspirados por Dios—eso no tiene sentido. Tampoco se dice que los pensamientos de los escritores hayan sido inspirados. En lugar de ello, las Escrituras mismas—el Antiguo y Nuevo Testamento—son inspiradas por Dios.
No es que los profetas y apóstoles escribieron las palabras de la Biblia y Dios sopló en esas palabras. Mas bien, santos hombres de Dios (eternamente ordenados y providencialmente preparados para esa labor) movidos por el Espíritu Santo (II Pedro 1:21) escribieron las palabras de la Escritura y las palabras que ellos escribieron fueron las Palabras que Dios sopló. Por lo tanto la Escritura es el producto de la inspiración de Dios.
Este conciso adjetivo, “inspirado por Dios,” ocurre solo aquí en toda la Biblia, aquí se condensa la enseñanza del resto de la Palabra de Dios sobre su naturaleza. Toda la Biblia proclama fuerte y repetidamente que ella viene de Dios—esto es, inspirada por Dios. Pero la Biblia también proclama fuerte y repetidamente que fue producida por el Espíritu Santo (por ejemplo II Samuel 23:2; Hechos 28:25, Hebreos 3:7). Ya que Dios produce la Escritura por el Espíritu Santo; y ya que el Espíritu Santo es, literalmente, el Soplo Santo; la Escritura es inspirada por Dios.
No es que algo o la mayoría de las partes de la Escritura sean inspiradas por Dios y que el resto sea algo menor que eso. “Toda la Escritura es inspirada por Dios.” Cada uno de los 66 libros de la Biblia (tanto Ester como Romanos); y cada parte de cada libro; y cada capítulo y cada versículo; y cada palabra, sílaba y letra es inspirada por Dios. Incluso as partes más difíciles ( por ejemplo la construcción del templo de Salomón en I Reyes 6-7) y las partes menos inspiradoras (por ejemplo, las genealogías de I Crónicas 1-9) y las partes que parecen irrelevantes (por ejemplo cuando Pablo pide su capote que está en Troas en II Timoteo 4:13) son inspiradas por Dios.
Si toda las Escritura es inspirada por Dios, no podemos considerar que hay partes con mayor o menor importancia. En lugar de eso debemos estimarlas como nuestro tesoro mas preciado del cielo, el producto del Soplo de Dios.
Traducida por: Marcelo Sánchez
Título original: God-breathed Scripture (1)