Herman Hanko
«Porque el Señor vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno. El hace justicia al huérfano y a la viuda, y muestra su amor al extranjero dándole pan y vestido. (Deuteronomio 10:17-18), «El Señor prueba al justo y al impío, y su alma aborrece al que ama la violencia. (Salmos 11:5), «Tal como está escrito: A Jacob ame, pero a Esaú aborrecí. (Romanos 9:13, La Biblia de las Américas).
También Mateo 5: 44-45 y Hechos 14:17 ahora una pregunta; “¿Tiene Dios un amor compasivo, -o en el mejor de los casos- un amor redentivo hacia todas sus criaturas? O ¿Es que Dios sólo tiene odio hacia los réprobos?”
Cualquier persona comprometida en la lucha por la defensa de la soberanía de Dios en la obra de la salvación reconocerá inmediatamente que estos pasajes son cruciales en un debate bajo este tema. Incluso aquellos que profesan ser calvinistas y que defienden el hecho de que los elegidos son los destinatarios del amor de Dios, -aquel amor salvífico que los lleva al cielo-, con frecuencia también hablarán de otro amor de Dios para con todos los hombres y que dicho amor no es un amor salvífico en absoluto. Estas personas no quieren a un Dios que sólo ame a algunos y odie a los demás. Por eso, deseo primeramente hacer algunas observaciones sobre el problema en general y luego abordar los textos que aparentan apoyar un amor universal de Dios.
La Escritura expresamente afirma que Dios odia a algunos. Salmo 11: 5 y Romanos 9:13 (una cita de Malaquías 1: 2-3) afirman enfáticamente esa verdad. Es imposible negarlo. Uno debe o bien repudiar la Biblia o aceptar lo que dicen estos pasajes. Pero hay muchos que, mientras de labios sostengan estos pasajes, no obstante insisten en que la Escritura también enseña que Dios ama a todos los hombres. Su posición plantea la siguiente pregunta: ¿Tiene Dios amor y odio a la misma persona en el mismo tiempo y de la misma manera? Esto es lo que parece indicar.
Para evitar este tipo de sinsentido se utilizan diversos engaños. Uno dirá que, esto solo nos parece ser contradictorio a nosotros pero en la mente de Dios existe una armonía entre ellos. Esta es una forma muy poco convincente de salir del problema a pesar de que se utiliza con frecuencia. Aquellos que no aceptan dicho sinsentido son llamados racionalistas. Y aquellos que defienden contradicciones en la Biblia son frecuentemente referidos como piadosos inusuales. Porque ellos están dispuestos a doblegarse ante enseñanzas en la Escritura que se oponen rotundamente la una de la otra. Lo que ellos olvidan es que no están diciendo algo meramente acerca de nuestra capacidad de entender las cosas; sino más bien, ellos están diciendo algo acerca de Dios. Por lo menos están diciendo que Dios no sabe cómo aclarar las cosas para nosotros, así que Él habla en evidentes contradicciones para que nosotros lo podamos entender mejor. Pero usualmente estas personas lo que están diciendo en algún sentido de la palabra es que Dios ama verdaderamente a algunas personas y odia a estas mismas personas a la misma vez. Ese tipo de dios es extraño y en última instancia solo un ídolo.
Otra evasión es decir que cuando la Escritura dice que Dios odia a Esaú y a los que hacen iniquidad, lo que quiere decir es que Dios ama a Esaú y a los que hacen iniquidad un poco menos que otros. Cómo podría yo justificarme ante mi esposa diciéndole que yo amo a otra mujer un poco menos que a ella, esto es un dilema que sólo estos hombres pueden explicar. Mi esposa -sé por certeza-, que no compraría eso. Sin embargo, tuve un profesor de filosofía en la universidad -un calvinista reformado y teólogo de gran habilidad-, que intentó defender esta misma posición. Tomando un rumbo ligeramente diferente, otros hablan de diferentes tipos de amor en Dios: un amor salvífico y un amor compasivo. Pero el amor es “el vínculo perfecto” (Colosenses 3:14). Como un vínculo, el amor es alegre y una bendita comunión. Por otra parte, como un vínculo perfecto, esto sólo puede existir entre personas perfectas. De hecho ese es precisamente el amor de Dios por su pueblo ya que ellos son perfectos en Cristo. Pero, ¿Cómo puede ser eso posible para los pecadores impíos? ¿Qué clase de amor es un amor compasivo que difiere del amor salvífico? En ninguna parte la Escritura sugiere tan gran clase de idea. ¿Y es un amor de Dios -que no salva en realidad- un amor de Dios en absoluto? ¿Cómo puede Dios amar a alguien y luego enviar a esa persona al infierno? ¿Cómo puede Dios empapar a una persona con agua de su amor mientras esta persona vive en el mundo y luego cuando éste muere enviarlo directamente al infierno? ¿Cómo puede alguien imaginar a un Dios así?
Una respuesta es describir a Dios como Dios cambiante. En este caso Dios sí puede amar a una persona en un momento y odiarlo en seguida. ¿Alguien con una mínima reverencia se atreve a decir algo por el estilo acerca de Dios? Otra forma de evitar tan obvia caricatura de Dios es el querer decir que Dios ama a todos los hombres de la misma manera después de todo; que Cristo murió por todos los hombres; y que la salvación está disponible para todos ellos. El resto depende del hombre en sí mismo. De hecho, ésta es la forma que casi todos los defensores del amor universal de Dios se conducen, más allá de si realmente tienen intención de ir por ese camino o no. El mismo peso de la posición los lleva hacia abajo en un camino rocoso y prohibido, un camino que es el del maldito libre albedrio.
Una pregunta que nunca entenderé: ¿Por qué quieren algunos hombres ser más amoroso, y más misericordiosos y más lleno de gracia que Dios? ¿Puede un simple hombre decirle a Dios que Él no es lo suficientemente amoroso porque Su amor es solo hacía unos pocos? Ese tipo de cuestionamiento tiene más valor que cualquier persona saturada con la gloria de Dios pueda manejar.
Por otra parte, los atributos de Dios son todos uno en Él. Si Dios ama a todos los hombres no importa qué “tipo” de amor es este, por lo tanto Dios también es amable, benevolente, misericordioso y paciente hacia todos los hombres, incluyendo a Genghis Khan, Hitler, Stalin, violadores en serie, el peor de los papas, e incluso a Satanás y sus demonios.
¿Te das cuenta que es mejor sólo decir lo que la Escritura dice? ¿Podemos decirle a Dios a quiénes Él debe amar? Esperemos no transferir nuestras propias ideas pecaminosas a aquel que hizo el cielo y la tierra y que hace todo según su buena voluntad. En lugar de eso, gritemos; «!!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! !!Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! (Rom 11:33). ¡Y luego cae ante tu rostro y confiesa la maravilla de la gracia soberana demostrada al mayor de los pecadores!