Rev. Angus Stewart
Una señora me preguntó: “¿Me puede decir por qué algunas personas adoran el sábado y no el domingo?” En primer lugar, tenemos que entender que la Iglesia Cristiana ha adorado siempre en el primer día de la semana, el domingo, día del Señor, desde la década de los Apóstoles, por varias razones Bíblicas importantes:
- Jesús resucitó de entre los muertos el día domingo en un “gran terremoto” (Mateo 28:2).
- Pedro y Juan vieron vacía la tumba de Cristo (Lucas 24:12; Juan 20:3-10), al igual que las mujeres (Mateo 28:1-8, Marcos 16:1-8, Lucas 24:1-10) y María Magdalena (Juan 20:1-2, 11-13) a quien los ángeles le hablaron, en domingo.
- Todos los días especificados en que el Señor se apareció después de resucitar de entre los muertos fueron domingos. En ese primer domingo, se mostró a cinco diferentes: las mujeres (Mateo 28:9-10), María Magdalena (Marcos 16:09, Juan 20:14-18), Pedro (Lucas 24:34; I Cor. 15:05), los dos viajeros en el camino de Emaús (Marcos 16:12, Lucas 24:13-32) y diez discípulos (Lucas 24:36 ff;. Juan 20:19-23). El segundo domingo, se reveló a los once discípulos, Tomas estaba con ellos (Juan 20:24-29).
- Cristo ascendido derramó su Espíritu Santo el día de Pentecostés (Hechos 2), fue comienzo de los “últimos días” (17), el nacimiento de la iglesia cristiana y el motivo de la primera predicación y bautismo cristiano.
- El apóstol Pablo predicó y administró la Cena del Señor en la iglesia en Troas, donde levantó a Eutico de los muertos, en día domingo (Hechos 20:7-12).
- La Iglesia recibió la orden de dar ofrendas en domingo (I Cor. 16:1-2).
- Cristo se manifestó al apóstol Juan, y así le dio el libro del Apocalipsis, el último libro de la Biblia, en un día de domingo o del Señor (Apocalipsis 1:10).
Asambleas Sabáticas se reúnen en sábado porque rechazan el significado de estos actos de Cristo y de su Espíritu, así como el ejemplo de la iglesia apostólica, y no han comprendido la grandeza de la salvación que tenemos sólo y plenamente en Jesucristo, el Señor del sábado (Marcos 2:28), El posee la autoridad y el poder para cambiar el día y convertirlo en la bendición más rica y profunda. Cesó su obra de redención al comprar a sus escogidos, y entraron en su descanso sabático en su resurrección de entre los muertos el día domingo (Heb. 4:10; Confesión de Westminster 21:7-8; Catecismo Mayor de Westminster, P. 115 -121; Catecismo de Heidelberg, Día del Señor, 38).
Es lamentable que himnos de “sabatistas” o guardadores del séptimo día se incluyan en muchos himnarios evangélicos. Francis Augusto Blackmer, que escribió “Una vez pensé que caminaba con Jesús,” pertenecía a los Adventistas del Séptimo Día que consideran que observar el domingo como el día del Señor es la marca de la bestia (Apocalipsis 13:16-18); Samuel Stennett, quien escribió “On Jordan’s stormy banks I stand,” (Estoy De pie en el tormentoso Jordán) era un Bautista del Séptimo Día (cf. “Our Own Hymn Book Versus God’s Own Hymn Book: A Critique of the Free Presbyterian Church of Ulster Hymnal“).
Traducido: Joyce Álvarez León.