Rev. Angus Stewart
La última vez, escuchamos citar a Jesús en el Salmo 82:6: “Yo dije: Vosotros sois dioses” y luego añadir que “la Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:34-35). Así, de acuerdo con el Hijo de Dios, la declaración del Antiguo Testamento: “Vosotros sois dioses,” no se puede desechar, desunir, anular, alterar, eliminar o soltar y poner a un lado o privar de su autoridad Escritural. Tan cierto como que Dios “no puede mentir” (Tito 1:2) y el hombre “no puede ver el reino de Dios”, excepto si él naciere de nuevo (Juan 3:3), por lo tanto del mismo modo es absoluta y totalmente imposible para esta declaración en el Salmo 82:6 ser invalidada: ¡No se puede quebrar!. ¿Y por qué no puede ser quebrantada? Debido a que es la Escritura: “la Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35).
Si esta Escritura no puede ser quebrantada, entonces ninguna Escritura puede serlo. ¿Razones?; (1) Salmo 82:6: “Yo dije: Vosotros sois dioses” es de alguna manera una porción oscura de la Biblia. No se encuentra en el Decálogo o en una profecía mesiánica o en un salmo popular. Si no hubiese sido citado por Jesús en Juan 10, le habríamos prestado poca o ninguna atención. Sin embargo, si este versículo oscuro no puede ser quebrantado, es por seguro que ningún otro versículo puede serlo. (2) Las palabras, “Yo dije: Vosotros sois dioses,” se encuentran en sentido poético, diseñado para ser cantado como himno. Alguien podría argumentar: “¿Pero usted puede basar su argumento en una canción escrita por Asaf en versículos líricos candentes?” Sí, podemos, porque el Hijo de Dios lo hizo en Juan 10 y Él dijo que la Escritura no puede ser quebrantada. Si el material poético no puede ser quebrantado, por supuesto que tampoco el material didáctico explícito puede ser quebrantado. (3) Alguien podría decir que la declaración: “Vosotros sois dioses,” es una hipérbole, una exageración. Es cierto que los jueces en Israel no eran dioses en el sentido de que poseían atributos divinos o iban a ser adorados (cf. Salmo 82: 1-8). Más bien fueron llamados dioses en el sentido de que Dios les dio el cargo de jueces para ejercer su juicio justo de acuerdo con el estándar de su Palabra (Juan 10:35). Así pues, estas palabras: “Vosotros sois dioses,” cuando se es explicado correctamente, tiene vincularmente fuerza inquebrantable. Así, otras declaraciones bíblicas, -especialmente aquellas con un lenguaje claro y literal-, son también inquebrantables. (4) Si el Salmo 82:6 había sido leído: “Vosotros sois los jueces”, y no “Vosotros sois dioses,” no habría servido en el argumento de Cristo. Cristo aquí nos está enseñando la inspiración plenaria, es decir, que Dios inspiró cada palabra de la Escritura. Esto es necesario en la Escritura para ser inerrante, sin ningún error. Si tan solo una palabra de la Escritura no fue exhalada por Dios, entonces podría ser quebrantada. Y si una sola palabra de la Escritura puede ser alterada o anulada, ¿Cuánto más versículos o capítulos o libros?
Así que no sólo el Salmo 82:6 o Juan 10:35, pero todas las Escrituras son inquebrantables e infalibles. ¿Por qué? Debido a que toda la Escritura es inspirada por Dios, y la Palabra inspirada de Dios es verdadera y omnipotente. Esta es la confesión de la verdadera la fe salvadora.