Rev. Rodney Kleyn
Mateo 25:1-13
26 Junio, 2016 / Numero 3834
Reformed Witness Hour (http://reformedwitnesshour.org/broadcast/watching-and-ready-for-the-return-of-christ/)
Los invito a que tomen sus Biblias y las abran conmigo al evangelio de Mateo, capítulo 25. Nuestro mensaje de hoy será sobre los primeros trece versículos de este capítulo, la Parábola de las Diez Vírgenes, cinco sabias y cinco necias.
Al inicio de Mateo 25, después de que Jesús dio su instrucción de los últimos tiempos en Mateo 24, ahora lo aplica en Mateo 25. La enseñanza de la Biblia en los últimos tiempos no es principalmente un ejercicio intelectual. No nos corresponde a nosotros simplemente comprender y entender con nuestras mentes y poder discutir con aquellos que difieren sobre las cosas concernientes y los eventos que ocurrirán en los últimos días. Pero el propósito principal es práctico. Es aplicación a nuestras vidas, que usted y yo sepamos que Jesús viene y que estamos preparados para eso, que construyamos nuestras vidas alrededor de eso. Estar preparado para la venida de Jesucristo es estar espiritualmente preparado. Es tener el corazón de una esposa cuyo esposo está ausente y ella está esperando y ella está deseando que regrese. Ese es el propósito de la parábola aquí: instruirnos a velar y estar listos y a esperar la venida de Jesucristo.
Jesús usa una parábola aquí para enseñar esto. Una parábola es una historia terrenal con un significado espiritual y celestial. Está tomado de algo que es familiar en la vida de una persona. Jesús usó cosas de su tiempo y de la vida de su audiencia para ilustrar y aclarar su punto en las parábolas.
En esta parábola, la ilustración es de una boda. Ciertamente, no fue una ilustración desconocida para usar en referencia al día venidero de Jesucristo. Esto se encuentras en otro lugar en las Escrituras. En Apocalipsis 21, la iglesia es la esposa adornada para su esposo. Si bien es cierto que no estamos familiarizados con todas las prácticas y detalles de una boda judía, la verdad sale muy claramente en esta parábola. Estamos familiarizados con las bodas, y Jesús nos enseña a través de esta boda cuál es Su punto principal.
Para entender una parábola, tenemos que encontrar el punto principal y tenemos que interpretar la parábola completa a la luz de ese punto. Jesús nos da el punto principal de esta parábola en el versículo 13 cuando dice: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”. Él enseña esta parábola para instruirnos en nuestro llamado a velar porque no sabemos el día ni la hora en la que Él viene.
Mateo 25: 1: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.” El esposo, por supuesto, es Jesucristo mismo. Su esposa es la iglesia, y Él viene a casarse con su esposa. El día de la boda es el día de su regreso. A lo largo de la historia, la iglesia espera y anhela ese día. Ella es como una mujer que está comprometida con un marido que se ha ido, y cuando regrese, ella se casará.
En esta parábola, no se nos dice nada acerca de la esposa. Ella no es importante para la historia aquí. En cambio, nos presentan a estas diez vírgenes que son invitadas y espectadoras en la boda. Estos representan a todos en la tierra que profesan el nombre de Jesús y dicen que están esperando el regreso de Jesucristo. Estas vírgenes no representan al mundo impío, que no está esperando la venida de Jesucristo, sino a la iglesia, el pueblo de Dios, en este mundo. Es muy apropiado que se les llame “vírgenes”. Una virgen es aquella que se mantiene pura para su futuro esposo. Espiritualmente, esto es lo que la iglesia hace en el mundo. Ella no tiene relaciones sexuales con el mundo. Eso es lo que somos en el mundo. Somos la gente de Dios en el mundo pero no del mundo.
Estas vírgenes están divididas en dos grupos, versículo 2. “Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas” [en la version KJV dice “sabios”]. ¿Qué es la sabiduría? La sabiduría no es solo conocer algo, tener conocimiento, sino utilizar ese conocimiento de una manera benéfica y rentable. La sabiduría es conocimiento aplicado a una situación o a un llamado. Una persona que es necia también puede saber. Pero lo que el necio hace es que ignora lo que sabe. En el Salmo 14 tenemos el ejemplo clásico de eso cuando leemos “Dice el necio en su corazón: No hay Dios“. Es un necio porque dice esto en contra de un mejor conocimiento.
Entonces, lo que divide a estos dos grupos de vírgenes no es que cinco de ellas sepan algo que las otras cinco no saben, que cinco de ellas saben que el esposo viene, mientras que las otras no. No es que las cinco sepan cuándo vendrá y las otros no. Todas ellas saben lo mismo, pero cinco de ellas optan por ignorar lo que saben. Esa es su locura. Saben en su conciencia que Jesús viene. Saben por la enseñanza de la Palabra de Dios que Jesús vendrá. Ellos son parte de la iglesia como vírgenes, pero no les importa este conocimiento. Este conocimiento no las santifica, no las prepara, no están listas para la venida de Jesucristo. En cambio, duermen.
Entonces leemos en el versículo 3: “Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite“. Ellas no estaban preparadas. Pero, en contraste, las prudentes tomaron aceite en sus vasijas con sus lámparas. Entonces, mientras el esposo se detenía, todas dormían y dormían. Aquí está el gran peligro con respecto a la venida de Jesucristo: que no estamos preparados y que dormimos.
No debemos tomar el dormir aquí como literal con respecto a la gente de Dios en el mundo. Este sueño no se refiere a una inactividad, sino a una apatía espiritual e indiferencia hacia la verdad de la venida de Jesucristo. Una indiferencia hacia el evangelio, una indiferencia hacia las cosas espirituales, una indiferencia hacia la Palabra de Dios, una indiferencia ante el regreso de Jesucristo, el Señor. Esa indiferencia es reemplazada por otra cosa. Los seres humanos no tienen la cabeza vacía.
Este conocimiento que estas vírgenes insensatas eligen apartar de sus mentes, lo que los miembros necios de la iglesia eligen dejar de lado, es reemplazado por otra cosa. Son cosas que tienen que ver con su existencia terrenal. Este es otro peligro, ¿no es así? Estar atrapado en búsquedas mundanas. En el capítulo anterior (24: 37-39), Jesús dice: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos,así será también la venida del Hijo del Hombre“. ¿Qué estaban haciendo? En realidad, no estaban haciendo nada en sí mismo incorrecto. Estaban comiendo y estaban bebiendo y se estaban casando. Pero el punto es que esto es todo lo que estaban haciendo. Así es como estaba constituida su vida, y se durmieron, cerraron los ojos a la realidad de la venida de Jesús. Esa es la locura aquí.
¿Cómo sucede eso? En la parábola, versículo 5, “tardandose el esposo”. Al pueblo, a estas cinco vírgenes insensatas, le pareció que el esposo se demoraba. Eso les parece a los cristianos, a los miembros de la iglesia, que Jesús tarda. En realidad, Él no se tarda. Él viene rápido. Él viene tan rápido como puede. Al mirar las señales de la venida de Jesucristo en esta serie de mensajes, hemos visto que toda la historia está, en cierto sentido, apresurándose hacia la venida de Jesucristo. Los terremotos, las hambrunas, la peste, la agitación entre las naciones, el secularismo, el materialismo, la anarquía, el amor al placer, Jesús no se está demorando en absoluto. Todas estas cosas están trabajando para su venida. Él viene tan rápido como puede. Pero nuestra experiencia, desde una perspectiva terrenal, parece ser que lleva mucho tiempo. Durante siglos, los cristianos han estado esperando el regreso de Jesús.
Por supuesto, el mundo nos arroja esto a la cara. El mundo mira cómo vivimos y qué enseñamos y dice: “¿Dónde está la promesa de su venida?”. El peligro es que la esperanza del cristiano comienza a menguar y comienza a poner su corazón y afecto en las cosas terrenales. Entonces, tenemos que vivir por fe con respecto a la venida de Jesucristo, una fe que está informada por la Palabra de Dios para que estemos alertas y listos. Estos son los peligros aquí, que dormimos, que somos apáticos, que somos necios.
Frente a eso está el llamado a velar por la venida de Jesucristo, que está representado aquí por las cinco vírgenes prudentes. ¿Cuál fue su sabiduría? Primero, su sabiduría era esta, que sabían que el esposo venía, ellas lo tenían en mente. No dijeron: “Bueno, no importa si viene o no”. No dijeron: “No es cierto que él venga”. No dijeron: “Bueno, nuestra vida en el presente, esto es lo que es importante. Vamos a quemar nuestro aceite en el presente porque ahora necesitamos luz “. Pero esperaban. A veces, la iglesia y el cristianismo, de una manera similar a las vírgenes insensatas, pueden perder su enfoque en el mundo exactamente porque las personas comienzan a pensar que Jesús no vendrá. Entonces, el enfoque del cristianismo moderno en muchas partes del evangelicalismo es mejorar el mundo, es predicar un evangelio social, es alimentar a una boca hambrienta. Si existe la predicación del evangelio, no es un mensaje de la venida de Jesucristo, sino un mensaje que tiene que ver con cómo se siente la gente, cómo te sientes y cómo te hace sentir esto. Es porque la iglesia está perdiendo de vista el hecho de que Jesucristo viene de nuevo y que su llamado en el mundo es espiritual y para predicar el evangelio en preparación para el día de la venida de Jesús.
Las vírgenes prudentes mantuvieron esto al frente de sus mentes: el esposo viene. Debido a esto, estaban listos, es decir, vivieron sus vidas en vista de su venida. Esa es su sabiduría. Tomaron lo que sabían (el esposo viene) y lo usaron para prepararse para su venida. Esa es la sabiduría: que el cristiano sepa que Cristo viene y construya su vida entera alrededor de eso. La venida de Jesucristo debe afectar todo en nuestras vidas: nuestro trabajo, nuestro matrimonio, nuestra familia, cómo vivimos en estas relaciones, nuestras amistades, el tipo de amigos que tenemos, las cosas con las que nos entretenemos, lo que hacemos con la educación. Vivimos a la luz del día venidero del Señor Jesucristo en todo. Esto afecta lo que hacemos con nuestros hijos. Afecta cómo usamos nuestro tiempo como cristianos. Esa es la sabiduría: vivir cada aspecto de nuestra vida a la luz del día venidero del Señor. Somos peregrinos y extraños aquí en la tierra. El cielo es nuestro hogar Todas estas cosas en la tierra se derretirán con un calor ferviente. Todo va a arder. Entonces, no pongas tu corazón en cosas terrenales. Esta fue la sabiduría de las cinco vírgenes prudentes.
Entonces también esto. Estaban alertas y escuchando las señales, los anuncios de la llegada del esposo. No leemos específicamente sobre los anuncios aquí, solo una voz en el versículo 6: “Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” Las señales de la venida de Jesucristo son en realidad anuncios del regreso de Jesucristo. Ese ha sido mi propósito al predicar esta serie de mensajes sobre las señales de la venida de Jesucristo. Qué cosa tan maravillosa y llena de gracia que Jesucristo nos de estas señales, que nos dice no solo que viene y que vendrá sino que, en amor, dice: “Escucha las señales de mi venida. Seguramente volveré, pero te envío estos anuncios.” Esa era la sabiduría de estas cinco vírgenes prudentes: estaban escuchando, estaban prestando atención, estaban listas para el regreso de Jesucristo.
Sí, es cierto que la venida de Jesús es como un ladrón en la noche, porque, como se muestra aquí en el versículo 13, no se sabe “el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”. Pero esa es exactamente una razón para que estemos alerta, para que, como dice I Tesalonicenses 5, “para que aquel día [no] os sorprenda como ladrón“. Eso es sabiduría.
Entonces, esta era su sabiduría también, que guardaban aceite en sus lámparas para que pudieran mantener sus lámparas encendidas. Es decir, desde un punto de vista espiritual, siguieron dando testimonio de una luz en medio de la oscuridad. En Mateo 5, Jesús dice: “Vosotros sois la luz del mundo“. “Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud” Verás, las diez de estas vírgenes tenían lámparas. Pero cinco de ellos dejan que se apaguen las lámparas. No los reabastecieron. No les importaba tener una lámpara encendida en medio de la oscuridad. Debido a esto, no estaban listos.
Vean, así es como debemos mantenernos preparados para el día de Jesucristo y para su regreso, manteniendo la vida cristiana y dando luz y testimonio en medio del mundo. De hecho, ¿no es esto incluso por lo que Él se tarda? En Mateo 24:14 dice: “será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin“. Nos quedamos en el mundo como testigos, su testigo. Has sido trasladado por Dios al reino de la luz para que puedas mostrar su luz y, por tus buenas obras, otros puedan ser ganados para Cristo. Entonces, por nuestro testimonio, estamos comprometidos en una actividad que muestra nuestro anhelo por el día de Jesucristo. Esta era su sabiduría.
Entonces también, deberíamos ver que esta preparación para el día de Jesucristo es mucho más profunda. No es solo saber que Jesús viene y hace algo a la luz de eso, sino que tenemos aquí en la figura del aceite en las lámparas una señal del Espíritu Santo. El aceite, en las Escrituras, siempre representa al Espíritu Santo. Vean, es por el Espíritu de Dios y por la gracia de Dios que estamos preparados en este mundo para el día de Jesucristo. El Espíritu nos da una nueva vida en Jesucristo. Él crea en nosotros un anhelo por Jesucristo. Él nos llena de amor por Jesucristo. Él pone nuestro corazón en las cosas celestiales. Esta es la preparación que necesitamos para el día de Jesucristo, especialmente una preparación espiritual. El Espíritu se complace en usar la Palabra de Dios para prepararnos para esto.
Esa es mi oración, mi esperanza al traerles estos mensajes de la Palabra de Dios con respecto al regreso de Jesucristo, para que el Espíritu pueda usar la verdad para preparar sus corazones y para mantenerlos atentos para el día de Jesucristo, que estas realidades espirituales con respecto a las cosas que son eternas penetren profundamente en sus almas. En Lucas 21, un pasaje paralelo al de aquí en Mateo, donde Jesús habla del aspecto espiritual de estar preparado para Su regreso, Él dice (v. 34): “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.” “carguen” tiene la idea de ser entumecido lentamente por las cosas de este mundo. Jesús dice: “Debes permanecer espiritualmente alerta“. Esa es la preparación de la sabiduría. En el versículo 35 de Lucas 21, Él continúa: “Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra“. El día del regreso de Jesucristo será una sorpresa inesperada para los que están atrapados en las cosas de este mundo. Entonces, en el versículo 36, Él dice: “Velad, pues, en todo tiempo orando“. Hay una preparación espiritual, una oración, mientras observamos el día de Jesucristo.
Esta es la sabiduría con respecto a la venida de Jesucristo: que sabemos que Él viene, que debido a esto estamos listos para su venida, que estamos alertas a los anuncios de su venida, que seguimos dando luz en medio de este mundo oscuro, y que observamos y oramos y estamos espiritualmente preparados para su regreso.
El objetivo de la parábola es enfatizar la urgencia de esto. En el versículo 13: “no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir“. La tentación para todos nosotros es dormir. Mire el versículo 5: “Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron”. No solo las necias, sino también las prudentes fueron tentadas a dormir. La urgencia se pone de manifiesto en el resto de la parábola del versículo 6 al versículo 12. Solo hay un llamado. Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Debes estar listo cuando llegue ese llamado, cuando suene la trompeta de Dios. Ya no habrá tiempo para prepararse para su regreso.
Segundo, la urgencia aparece en los versículos 7-10 cuando vemos que estas cinco vírgenes insensatas que no estaban preparadas intentaron depender de las demás. El necio le preguntó al sabio en el versículo 8: “Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo”.
Esto nos enseña que no podemos depender de otros en ese día. Usted mismo debe estar listo para el regreso de Jesucristo. No debe depender de la iglesia o institución a la que pertenece. No debe depender de la familia o el hogar en el que se crió. Usted mismo debe estar listo para el día de Jesucristo.
Eso es importante porque los versículos 11 y 12 traen a casa esta urgencia de otra manera. Jesús viene, no como un Esposo para todos, sino como un Juez para algunos. Los necios salieron y compraron su aceite. Regresaron y dijeron (v. 11): “Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: !!Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.” Este no saber es su juicio.
Entonces la urgencia se pone de manifiesto aquí. Hay una sola llamada; no debemos depender de los demás; Jesús viene como Juez de algunos. La urgencia es especialmente esta: que no sabemos el día ni la hora. Tenemos que seguir mirando, tenemos que sentir la urgencia de estar preparados. Ese es el punto. Que Dios, por su gracia, nos prepare y nos mantenga esperando el día de su regreso.
Padre celestial, estamos agradecidos por las enseñanzas de la Biblia sobre los últimos tiempos, las señales de la venida de Jesús y las enseñanzas para prepararnos para su regreso. Siempre, Señor, mantennos atentos. Guárdanos del mundo y de estar consumidos por las cosas de este mundo o tentado o atraído por los caminos de este mundo. Ayúdanos, Señor, a mantener nuestros ojos fijos en Jesús como una esposa que espera a su esposo, a anhelarlo, amarlo y vivir nuestras vidas a la luz de ese día cuando Él regrese. Pedimos esto en el nombre Cristo Jesús, Amén.