Rev. Ronald Hanko
La pregunta para este tema es muy simple, pero la respuesta no lo es tanto. El interrogador pregunta: “¿Quiénes son los 144,000 – son judíos?” La referencia es a Apocalipsis 7:1-8 y 14:1-4, donde aprendemos lo siguiente concerniente a estos 144,000:
(1) son siervos de Dios (7:3);
(2) están sellados (7:3-8) con el nombre del Padre de Jesús en sus frentes (14:1);
(3) se les presenta el Cordero que estaba en pie sobre el monte de Sion (14:1);
(4) fueron redimidos de la tierra (14:3) y de entre los hombres (14:4) y son las primicias para Dios y para el Cordero (14:4);
(5) son vírgenes (14:4), sin mancha (justificados) ante el trono de Dios (14:5).
Estos 144,000 son comúnmente entendidos como judíos que reinarán con Cristo en la tierra durante un milenio futuro. El Monte Sion, donde se encuentran, es tomado como la ciudad terrenal de Jerusalén en la tierra terrenal que todavía hoy es llamada “Israel”.
Esta es la interpretación premilenial y dispensacional del pasaje, parte de la enseñanza que busca un futuro reinado terrenal de Cristo en la actual ciudad de Jerusalén con y sobre los judíos (los premilenialistas dicen que también sobre los cristianos). Aquellos que sostienen este punto de vista afirman que solo toman la Biblia “literalmente” y hacen justicia a los pasajes.
El gran principio de la Reforma para la interpretación de la Escritura, sin embargo, no es el literalismo, sino el principio de que la Escritura debe interpretarse a sí misma. Aquí la Escritura misma muestra que la interpretación “literal” no puede ser la interpretación correcta del pasaje. Señalemos lo siguiente:
(1) El término “siervos de Dios” nunca se limita a los judíos solamente, sino que es uno de los nombres comunes del Nuevo Testamento para los cristianos, tanto judíos como gentiles (1 Cor. 7:22; etc.);
(2) El sellado al que se hace referencia, no importa lo que signifique, pertenece a todos los que están en Cristo (2 Cor. 1:22; Ef. 1:13; 4:30; 2 Tim. 2:19).
(3) El monte Sion en el libro de Apocalipsis se identifica con la iglesia glorificada (cap. 21:9-10; cf. también Heb. 12:22-23), no con la ciudad terrenal de Jerusalén. Estar con el Cordero en el monte Sion es sinónimo, por lo tanto, con la gloria celestial de la iglesia.
(4) “Redención” se refiere en las Escrituras a la salvación por gracia, a través de la fe, tal como se concede tanto a judíos como a gentiles por igual y se termina en el cielo (Ap. 5:9; Ef. 4:30);
(5) La descripción de las personas como “vírgenes” no puede limitarse a los judíos, sino que debe aplicarse a los cristianos del Nuevo Testamento de todas las naciones en su santidad y pureza en Cristo (Mt. 25:1; 2 Cor. 11:2).
¿Quiénes, entonces, son estos 144,000? No puede haber duda de que son cristianos de todas las naciones, en el cielo con Cristo. Que sean descritos como judíos tampoco es sorprendente, ya que ese es el lenguaje común del NT. El Nuevo Testamento rechaza la enseñanza de que los “judíos” son exclusivamente los descendientes físicos de Abraham como hemos señalado en otros artículos (Rom. 3:28-29; 9:6-8; Gal. 3:29; Fil. 3:3), sino que identifica a todos los creyentes como verdaderos “judíos”, verdaderos hijos de Abraham y verdaderos hijos de Dios.
¿Importa esto? De hecho que sí, porque si estos pasajes se refieren sólo a los descendientes físicos de Abraham, entonces no tienen aplicación para nosotros como cristianos del Nuevo Testamento. Tiene que ver con si seremos parte de esta multitud, y dónde estaremos si realmente somos parte de esta multitud.