Rev. Angus Stewart
En los cinco artículos anteriores sobre renovacionismo (Pentecostalismo, Carismatismo y Neo-Carismatismo), cubrimos su historia (“Las Tres Olas del Cristianismo Carismático” y “Los Precursores del Cristianismo Carismático Moderno“) y sus opiniones peculiares sobre “El Bautismo Con el Espíritu Santo“, “Hablando en Lenguas” y “Profecía en Curso“ Concluimos ahora con una última característica del movimiento renovacionista: su pretensión de realizar milagros en la era post-apostólica.
Naturaleza de los Milagros en la Biblia
La naturaleza de los milagros en la Biblia, especialmente los milagros de sanidad, es muy diferente a la de los Carismáticos. Se podría decir que los milagros en las Escrituras se especializan en casos difíciles: personas poseídas por demonios, paralíticos, ciegos, cojos e incluso muertos. Esto hace que los milagros bíblicos sean fáciles de verificar. No es el caso de las llamadas sanaciones de los renovacionistas. C. Peter Wagner, del Seminario Teológico Fuller en Pasadena, California, afirma que sus sanidades se centran en los dolores de cabeza y de espalda. ¿Cómo se verifican estas “sanaciones”?
Mire, por ejemplo, el marcado contraste entre las sanaciones no verificables de dolores de cabeza y de espalda, etc., y el milagro registrado en Hechos 3-4. En Hechos 4:16, después de que Pedro (y Juan) sanaron al hombre que había nacido cojo, los falsos líderes de la Iglesia declararon: “¿Qué haremos con estos hombres? porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén ; y no lo podemos negar“.
Observe cómo todos los que venían a los apóstoles para ser sanados siempre fueron sanados, como en Hechos 5:16: “Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.” Esto es muy diferente de los servicios de sanación Pentecostales o renovacionistas, donde las personas no sanadas regresan tristes a casa después de otra reunión.
No hubo recaídas para los sanados en la Palabra de Dios. Compare esto con las muchas pobres almas llenas de suficiente adrenalina para salir de sus sillas de ruedas en el escenario, pero uno o dos días después no estan mejores. ¡Dos mil años después de los apóstoles, hay un mundo de diferencia!
Si alguien afirma hacer milagros, la pregunta debe hacerse, ¿Qué quieren decir con milagros? ¿Significan lo que para la Biblia significa, es decir, que todos los que vienen por sanidades son siempre, verificable, completa e inmediatamente sanados de varias y graves aflicciones, sin recaídas ni remuneración para el sanador o cualquier cosa diseñada para agitar a la multitud o jugar con sus emociones?1 Los milagros bíblicos son el estándar, el punto de referencia. Todo lo que queda corto es fraudulento y espurio, y debe ser rechazado por el pueblo de Dios.
Hacedores de Milagros en la Biblia
¿A quién utiliza Dios para hacer milagros después de Pentecostés? En 2 Corintios 12:12 , los milagros, “señales y prodigios” son llamados, no las señales de los creyentes, ni las señales de los santos especialmente ungidos o bautizados, sino “las señales de un apóstol”. Esto también es lo que se descubre cuando se revisa el libro de los Hechos. Hechos 2:43 y 5:12 establecen claramente que fueron los apóstoles los que hicieron milagros. El apóstol Pedro sana al hombre cojo en Hechos 3. En Hechos 5, Dios mata a Ananías y a Safira por la palabra de Pedro: ¡no se escucha mucho a los renovacionistas que afirman ese tipo de milagro! Pedro sana al paralítico Eneas y resucita a Tabita de entre los muertos en Hechos 9. Pablo realiza varios milagros en Hechos 13-28.
Hay otras tres personas que no fueron apóstoles pero que hicieron milagros. Primero, Felipe hizo milagros en Hechos 8, pero fue un evangelista (Hechos 21:8) —otro oficio extraordinario y temporal— y fue ordenado Diacono por los apóstoles (Hechos 6:5-6). En segundo lugar, Esteban hizo milagros (Hechos 6:8). También fue diácono ordenado por un apóstol (Hechos 6:5-6) y el primer mártir cristiano (Hechos 7). Al hacer milagros, Dios lo marcó especialmente como el primero después de Pentecostés en dar su vida por Jesucristo. En tercer lugar, Ananías en Hechos 9 hizo un milagro, pero fue un profeta, porque recibió una visión en la que Cristo le habló. Este milagro también fue inusual, ya que Cristo había dejado ciego a Pablo en el camino de Damasco y luego envió al profeta Ananías a Pablo para que le devolviera la vista al apóstol. Hoy no hay profetas, como lo demostró mi artículo anterior.
1 Corintios 12 puede parecer indicar que algunos de ellos por fuera de los oficios extraordinarias en Corinto hicieran milagros, sin embargo, notamos que esto es en la era apostólica y que el apóstol Pablo mismo fue el fundador de esta iglesia (Hechos 18; 1 Cor. 3). Además, en la siguiente epístola de Pablo a los Corintios, él se refiere a los milagros como “signos de un apóstol” (2 Cor. 12:12) porque fueron realizados en la era apostólica: 1) por los apóstoles o 2) sobre los apóstoles (por ejemplo, Hechos 9) o 3) por profetas, quienes obraban junto a los apóstoles (Ef. 2:20; 3:5; 4:11), o 4) por evangelistas, que fueron ayudantes apostólicos (Ef. 4:11; 2 Tim. 4:5), o 5) por aquellos ordenados por apóstoles.
Milagros en la Falsa Iglesia
Otra apreciación debe hacerse con respecto a los milagros. En ninguna parte de la Biblia tenemos predicciones o promesas de los santos que obran milagros en los días post-apostólicos. La Palabra de Dios tampoco presenta un futuro en el que la iglesia verdadera realizará algunos milagros y que la iglesia falsa también lo hará. Aunque hay pasajes a los que algunas personas apelarán, la Escritura predice claramente los milagros en la línea del desarrollo de la falsa iglesia solamente. En Mateo 24:24, los falsos cristos y los falsos profetas harán grandes señales y prodigios (cf. Marcos 13:22). Según 2 Tesalonicenses 2:9, poderosos milagros serán realizados por el hombre de pecado. En Apocalipsis 13, 16 y 19, los milagros son realizados por el falso profeta al servicio de la bestia.
La Biblia también enseña que el misterio de la iniquidad, que es el espíritu del Anticristo, ya estaba trabajando en el primer siglo y sigue trabajando a través de los milenios para dar a luz al Anticristo (2 Tes. 2:7; 1 Juan 2:18). La línea de los falsos milagros corre en el desarrollo del cristianismo apóstata.
También puede ver esto si lee la historia de la iglesia, como vimos en mi segundo artículo de esta serie titulada “Los Precursores del Cristianismo Carismático Moderno”. Los Montanistas, la abundancia de falsos milagros en la Edad Media, los Anabaptistas, los Profetas Franceses, Edward Irving y la Iglesia Católica Apostólica, y la iglesia de Roma hoy (especialmente con sus milagros Marianos) y el renovacionismo moderno, todos preparan el camino para el mas grande hacedor de milagros anti-cristiano de todos los tiempos, el Anticristo. Ese “gran hombre” de pecado realizará verdaderos y poderosos milagros, a diferencia de mucho de los débiles y engañosos milagros en los círculos carismáticos y romanistas.
Conclusión
Podría destacar y ampliar otros problemas relacionados con el renovacionismo, pero solo mencionaré brevemente algunos de ellos.
La teología de la prosperidad, también conocida como el evangelio de la salud y la riqueza, surgió del renovacionismo y conserva sus distintivas falsas enseñanzas. Las Escrituras nos dice que el amor al dinero es la raíz de todo tipo de males (1 Tim. 6:10), ¡sin embargo en el movimiento de la salud y la riqueza es predicado como el Evangelio correcto!
El Renovacionismo se jacta de prácticas horrendas de adoración no bíblicas (especialmente las personas que se caen hacia atrás y hacen “Carpet Time” (caen al piso) , y los adultos que pronuncian incoherencias en los servicios religiosos), que están lejos y diametralmente opuestos al Principio Regulador de la Adoración (cf. Lev. 10:1-2; Deuteronomio 12:32; Isaías 1:12; Mateo 15:5-9; Juan 4:24).
El falso ecumenismo del renovacionismo es bien conocido. El Papa incluso invitó a un contingente carismático al Vaticano II (1962-1965). ¡Los cuerpos idolatras tienen una forma de buscarse entre ellos y trabajar juntos!
Luego están los renovacionistas Modalistas: aquellos Pentecostales y Carismáticos que rechazan la doctrina ortodoxa de la Santísima Trinidad y niegan especialmente la personalidad distintiva del Espíritu Santo. Incluso con sus visiones heréticas del Espíritu Santo, todavía pueden recibir el “bautismo del Espíritu Santo”, todavía pueden “hablar en lenguas”, aún pueden pronunciar “profecías” y aún pueden realizar “milagros”, ¡al igual que los otros renovacionistas! No hay ninguna diferencia. Aparentemente, creer la verdad sobre el Espíritu Santo no importa cuando se trata de sus “dones”.
En su muy útil libro, La Teología del Espíritu Santo, Frederick Bruner observa que, en su análisis de la doctrina de los renovacionistas, el teólogo que encontró más útil fue Martin Lutero.2 ¿Por qué? Porque Lutero comprendió profundamente la salvación solo en Cristo, solo por la gracia, solo por la fe, solo para la gloria de Dios, según las Escrituras solamente.
Fue Lutero quien emitió la famosa reprimenda a los Anabaptistas, los carismáticos de su época: “Abofeteo tu espíritu en el hocico”. Piensa acerca de esto ¿Qué animal conocido tiene hocico? Un cerdo, una bestia inmunda en el Antiguo Testamento. Lutero estaba declarando: “Tu espíritu es un espíritu inmundo y yo lo abofeteo— con fuerza”. Recuerda también la oración de Lutero. ¡Le rogó a su Padre celestial que lo llenara solo con Su Palabra y que Dios nunca, nunca, le diera visiones o revelación directa, sino que lo hiciera felizmente bendecido y rico solamente en las Sagradas Escrituras! ¡Los deseos bíblicos y espirituales de Lutero, sus oraciones, su contentamiento y su guerra también deberían ser nuestros!
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